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11,31 €El dÃa 25 de mayo de 1938, cuando el salvaje y cobarde bombardeo de la ciudad de Alicante por los facciosos, hubo un gran trajÃn de heridos en el hospital. A la hora de la compra, en el mercado central y aledaños, las bombas cayeron indiscriminadamente sobre la indefensa población civil y las casas. Fue una carnicerÃa total. Recuerdo que ese dÃa no habÃa escuela y mi hermana pequeña se quedó conmigo en el hospital. La niña se llevó pinturas y algunos cuentos. Luego comerÃa con nosotros, pues la comida comenzaba a escasear. La dejé en la azotea entretenida y disfrutando del radiante sol de mayo. Hacia las once, subà para ver cómo se encontraba y, cuando le estaba enseñando más o menos por dónde quedaba nuestra casa (calle Pelota), vimos y oÃmos grandes llamaradas y explosiones en el mismo lugar que se situaba nuestro domicilio. Nos volvimos locosà , llegaban muchos heridos. Las ambulancias los traÃan y ya no sabÃamos dónde ponerlos. En los pasillos, en el hall, allà donde podÃamos y todo sin dejar de llorar pensando en mis padres y hermano pequeño. Cada vez que llegaba un herido buscaba entre ellos a mis pa